Un testimonio de amistad
Poco más de sesenta años que compartíamos juntos desde las filas de la Falange Nacional nuestros principios, ideales y programas.
Caminábamos por los pasillos del Aeropuerto Los Cerrillos, en espera de viajar en avión a Iquique. También lo hacía el Ex Senador don Elías Lafertte, acompañado de otros personeros de su Partido, quien creyó equivocadamente al ver a estos jóvenes en ese recinto, que éramos agentes de la Policía Política destinados a vigilarlo. Protestó por nuestra presencia y se tranquilizó cuando le contamos que nuestro viaje a Iquique obedecía a la misma motivación que él tenía. Eso sí que nosotros viajábamos al norte por instrucciones del Presidente de la Falange Nacional, Tomás Reyes, para colaborar en la Campaña Senatorial de RadomiroTomic, el año 1950, cuando fue elegido por primera vez, Senador por el Norte Grande.
A sí era mi amistad con Narciso. Lo consideré un hermano que con su ejemplo de vida, su firmeza de carácter, su lealtad inquebrantable a lo que sostenía, marcaron para mí, la misma lealtad y el mismo cariño por nuestros ideales comunes.
Ocupó muchos cargos en el Partido: Jefe Universitario, Presidente Comunal, Secretario Nacional, Presidente Nacional, ocasión en la que, por primera vez lo acompañé en la Directiva como Secretario Nacional; directiva que presidida por él dio un gran salto hacia delante al lograr la incorporación de un importante número de militantes, dirigentes y parlamentarios agrario-laboristas a las filas de la Democracia Cristiana.
En el gobierno de Eduardo Frei Ruíz- Tagle, desempeñó con eficiencia y brillo el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones.
"Una vida no examinada no merece ser vivida", decía Sócrates, y este gran falangista y demócrata cristiano que fue Narciso Irureta emerge de este examen como un ejemplo de integridad.
A él y su maravillosa familia; somos tantos los que tenemos muchas cosas que agradecerles y son muchos más sus camaradas que le recuerdan a lo largo de la Patria.
En esta hora de dolor por su partida, de recuerdos y de esperanzas, a Narciso Irureta le decimos que como Aquel que guió sus pasos por la tierra tuvieron su hora de triunfo, de derrota y que pertenece a él más que a nadie el valioso tesoro que no se corrompe ni disminuye con el tiempo. Su alma noble está junto al sol de la vida que no termina.
Caricatura: Revista TOPAZE año 1991. Hace referencia a la candidatura a la presidencia de la Democracia Cristiana.